La pérdida y el desperdicio de alimentos (FLW, por sus siglas en inglés) se examinan generalmente a lo largo de la cadena de suministro de alimentos (FSC, por sus siglas en inglés). Dado que la pérdida y el desperdicio de alimentos se producen en distintos puntos de la cadena, es necesario examinar primero la situación de la producción alimentaria del país. Cabría esperar que se tomaran precauciones adicionales para reducir el desperdicio de alimentos en caso de disponibilidad y acceso limitados a los mismos. El FLW es un problema no sólo por la escasez de alimentos, sino también por su impacto medioambiental. Dificulta la disponibilidad de alimentos, sobre todo en regiones del mundo con un suministro limitado, y tiene repercusiones medioambientales negativas en todo el mundo, como el uso ineficiente del agua y la tierra y la emisión innecesaria de gases de efecto invernadero. Los alimentos se pierden o desperdician a lo largo de todo el ciclo alimentario, empezando por la producción agrícola y terminando con el consumo, la destrucción u otras formas de eliminación. La pérdida total de alimentos en la fase de producción agrícola del ciclo alimentario sostenible en el mundo es de unos 412,9 millones de toneladas, lo que equivale al 20% de los alimentos producidos en Europa, Norteamérica y Latinoamérica.
Las tecnologías ecológicas y digitales se utilizan cada vez más para prevenir, reutilizar y reciclar los residuos alimentarios, creando nuevas oportunidades para la economía y la sociedad. Algunos ejemplos son las tecnologías e innovaciones en conservación térmica, conservación biológica y bioquímica, almacenamiento frigorífico alimentado por energía solar, envasado activo, conversión de residuos en energía, compostaje, reciclaje y upcycling. Las tecnologías digitales emergentes, como Internet de las Cosas (IoT) y las aplicaciones móviles, ofrecen soluciones innovadoras para compartir alimentos, envases inteligentes, etiquetado inteligente, precios dinámicos, trazabilidad de productos, redistribución inteligente, planificación de compras y comidas, y almacenamiento inteligente.
Minimizar el desperdicio de alimentos es de suma importancia en la cadena de suministro agroalimentaria. La integración de las tecnologías digitales encierra un inmenso potencial para mejorar la eficiencia de la cadena de suministro y mitigar el desperdicio de alimentos. Se pueden implementar las siguientes acciones para disminuir el desperdicio de alimentos mediante la utilización de tecnologías digitales en la cadena de suministro agroalimentaria:
1. 1. Gestión inteligente del inventario: Las tecnologías digitales como las etiquetas RFID (identificación por radiofrecuencia), los códigos de barras y los sensores pueden utilizarse para controlar el inventario en tiempo real. Esto facilita la identificación de los niveles de existencias, las fechas de caducidad y los patrones de demanda, minimizando así el exceso de inventario y el deterioro.
2. 2. Análisis predictivo: Los algoritmos de aprendizaje automático y la analítica predictiva permiten anticiparse a la demanda de productos alimentarios, facilitando la planificación de la producción, minimizando el exceso de producción y evitando el deterioro causado por un exceso de inventario.
3. 3. Envasado inteligente: La utilización de envases inteligentes, que incluyen indicadores de tiempo-temperatura, sensores de frescura y eliminadores de oxígeno, puede preservar eficazmente la calidad y frescura de los productos alimenticios. Esto ayuda a minimizar el deterioro y los residuos derivados de la degradación de los alimentos.
4. Trazabilidad de los alimentos: La implementación de la tecnología blockchain permite establecer un sistema seguro y transparente para rastrear los productos alimenticios a lo largo de toda la cadena de suministro. Esto facilita la identificación de fuentes de contaminación y mitiga el desperdicio causado por la retirada de productos.
5. Donación y redistribución: La utilización de plataformas digitales facilita la conexión entre los excedentes de alimentos y las organizaciones benéficas, lo que garantiza una reducción de los residuos y mejora la seguridad alimentaria de las poblaciones vulnerables.